¡¡Adolescentes!! Uff no hay quien los entienda…
¿Tienes un hijo/a entre los 12 y los 20 años aproximadamente? Entonces seguro que has dicho esta frase en más de una ocasión. La adolescencia es un periodo de la vida que transcurre entre la infancia y la edad adulta y se caracteriza por los profundos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales que tienen lugar en esos años.
Todo esto hace que, en algunos casos, sea un periodo difícil tanto para ellos como para sus familias. Pero a la vez es una etapa apasionante porque se trata de jóvenes viviendo un momento fundamental de sus vidas, donde sus cerebros se rediseñan de nuevo.
En esta etapa los adolescentes toman las primeras decisiones importantes de la vida, se plantean los primeros objetivos, viven las primeras dudas, afrontan sus primeros conflictos importantes, se plantean los primeros objetivos, las primeras relaciones sexuales… Nuestros hijos se encuentran muchas veces perdidos y no saben cómo actuar…
Necesitan de sus padres y el coaching nos dará herramientas para que ellos puedan gestionar sus emociones de una manera más adecuada, y también nosotros sepamos cómo acompañarles en esta bonita y a veces difícil etapa.
El objetivo principal es lograr que el adolescente cuente con la madurez necesaria para separarse de la familia y mantener una vida autónoma. Por lo tanto, la primera mala noticia que os daré es que: “Tu hijo no es tuyo”.
Estoy segura de que si te pregunto cómo es tu relación con él o con ella, tu respuesta sería similar a:
No se comunica, le cuesta compartir conmigo sus experiencias, sus deseos, sus miedos.
Se pasa el día pegado al móvil.
Está cerrado/a al diálogo y contesta con monosílabos.
Tiene cambios de humor repentinos: ríe, al rato llora, luego sale de casa dando un portazo…
A veces nos falta al respeto y tampoco realiza tareas en casa…
Nunca sé dónde anda y tengo miedo de que consuma alcohol o tome drogas.
Las discusiones son continuas…, y lo peor es que no sé qué más probar para mejorar nuestra relación.
Gracias al coaching podrás mejorar la comunicación con tu hijo adolescente y crear una relación familiar más feliz y armoniosa.
Te ayudaré a conseguir un vínculo especial basado en la firmeza de criterios, pero sobre todo en el cariño y el afecto.
Mucha paciencia, comunicación, escucha y constancia también serán claves para conseguir tu objetivo.